Guitarra Casa González
2.700€
CARACTERÍSTICAS:
TODO ORIGINAL, SIN RESTAURACIÓN!!
UNA JOYA DE ÉPOCA
Tapa : Abeto
Aros y fondo: Palosanto
Diapasón: Ébano
Puente: Palosanto y adornos de hueso.
Roseta: Nacar, precioso decorado geométrico
Scale: 650 mm, Nut width 53 mm
SIN RESTAURACIÓN, SE HA CONSERVADO ASÍ
Funda original
HISTÓRIA DEL CONSTRUCTOR DESCRIPCIÓN
El constructor madrileño del siglo XIX, Francisco González, era un contemporáneo casi exacto de Antonio de Torres, pero construyó su propio estilo, en particular al declarar en su etiqueta que sus instrumentos están construidos en "un diseño nuevo y elegante con un sistema especial". (... una nueva y elegante forma y construye por un sistema especial suyo ...).
González fue muy célebre en su propia época: fue el ganador de varios premios y medallas en diversas exposiciones durante su vida y se sabe que fue el maestro tanto de José Ramírez I como de su hermano Manuel Ramírez. De hecho, fue la lealtad de José I a González y al "sistema" y a Manuel. La conversión al diseño de Torres que fue la fuente de la división idealógica entre los dos hermanos Ramírez, que los obligó a romper su asociación y en su lugar estableció tiendas que compiten en Madrid. La reputación de González en su época sugiere fuertemente que debe haber sido un constructor prolífico, sin embargo, al igual que Vicente Arias, muy pocos de sus instrumentos sobreviven hasta nuestros días. Por suerte esta guitarra se encuentra muy buenas condiciones y conserva todos los elementos originales: grosores de maderas, acabados, incluso máquinas de afinación, que curiosamente tienen una forma que se adapta a la línea inclinada de la parte inferior de la forma de la cabeza (que por cierto se puede ver en los instrumentos de José Ramírez a través de todas las generaciones, incluso hasta el presente).
En cuanto al sonido, la guitarra es espectacular, con un enorme extremo inferior que rivalizaría con cualquier diseño posterior. por lo tanto, la guitarra conserva un equilibrio inusualmente perfecto, incluso en medio de la riqueza de las notas graves. En esta guitarra es fácil ver el encanto que José Ramírez debió admirar y desear capturar.
Historia del constructor:
La tradición guitarrera de La Casa González se remonta al guitarrero de origen gallego Francisco González.
Francisco González Estévez (1820-1879) está establecido en Madrid en 1849 como ebanista, pero al año siguiente ya figura como guitarrero. En 1851 se casa con María Cruz Carretero. La primera hija de la pareja, Bárbara María Concepción, nace en diciembre de 1855. En 1857 Francisco está instalado en la calle Toledo de Madrid. En 1867 presentó sus instrumentos en la exposición de París y recibió la medalla de bronce por “dos guitarras y dos bandurrias que aventajaban a las comunes en solidez y vibración”.
Parece que los instrumentos españoles no habían tenido demasiado éxito en la anterior exposición parisina de 1855 y que fue escasa también la participación. Sin embargo, en la de 1867 se presentó una docena de expositores españoles, abarcando seis categorías de instrumentos, entre ellos los de cuerda. Los instrumentos de González obtuvieron medalla y, por lo que parece, ningún otro constructor de guitarras obtuvo galardón. De ahí el texto que aparece en alguna de las etiquetas de González y que, haciendo referencia a un sistema especial de construcción de sus instrumentos, señala que: “de todas las naciones que han presentado esta clase de instrumentos ha sido el único de su clase que ha obtenido este honor por sus adelantos”.
Parece que Francisco tenía algo de inventor y de revolucionario. Domingo Prat en su diccionario nos cuenta una curiosa anécdota:
“El constructor F. González fue un español de talento; ello nos lo comprueban sus varios inventos, precursores de otros que más tarde se admiraron en distintos países. Recordaremos a este eximio guitarrero como a un hombre de ingenio, pues ha construido en su juventud un carro movido a palancas, que caminaba accionando las mismas.
En 1879 Francisco González, a finales de ese mismo año, el 29 de diciembre, muere en el hospital general de Madrid.
A la muerte de Francisco, y debido a la minoría de edad de Concepción, la viuda apodera a su futuro yerno, Enrique Románs Papell, para que lleve el negocio. En 1881 Concepción y Enrique Románs ya están casados.
Nueve años más tarde, en 1891, y con domicilio en el número 33 de la calle de las Carretas, está establecido el negocio de “Viuda de González e hijos”.
El negocio continúa con ese mismo nombre (incluyendo a la viuda) en el mismo lugar de la calle de las Carretas hasta 1912. Allí continúa también entre 1920 y 1927, pero en estos años bajo el nombre de “Hijos de González”.
En junio de 1927 muere, sin testamento, Concepción González. Por lo que parece, su viudo, Enrique Románs, y el hijo de ambos, Eduardo, heredan el negocio: “Un taller con tienda de guitarrería sito en la planta baja de la calle de Carretas treinta y tres”.
En 1931 Enrique Románs aparece en los registros comerciales en el 33 de la calle de las Carretas.
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Hay un precioso instrumento de Francisco González en el catálogo de la exposición de guitarras que se hizo en el Metropolitan y en el Municipal de Madrid con motivo del Quinto Centenario. Ese catálogo ha sido reeditado por la editorial española Ópera Tres y ahora podemos disponer de él con sólo pedirlo ( - buscar “La Guitarra Española”). La guitarra de González en este catálogo se reproduce también en un artículo de José Luis Romanillos en el número 6 de la revista 12 notas.
Hay una reproducción de una guitarra de Francisco González en un precioso libro titulado Guitares que, por estar ya descatalogado, creo que me va a permitir presentar un par de imágenes. Esta guitarra es de c. 1870 y la publicación dice que está en el Musée Instrumental de París. Ignoro si es la misma catalogada en “La Guitarra Española” que dice proceder del Musée de la Musique de París donde llevaría el número E. 1041.
En la colección de instrumentos de Félix Manzanero () podemos echar un vistazo a varias guitarras tanto de Francisco González (22 y 23), como de “Viuda e Hijos de González” ( 38 ) e “Hijos de González” (58 y 59). Algunos de estos instrumentos comparten características singulares que merece la pena contemplar.